Me gusta el verbo “turquear”, ya vamos construyendo nuestro propio glosario. Para ir cerrando este tema, el verdadero tema, más allá de la envidia, es que lxs vecinxs siguen cogiendo a diario y yo no.
Paréntesis: ¿cómo resuelven ustedes el tema del lenguaje inclusivo para escribir? Primero puse: “les vecines”, pero el autocorrector se empecinó en poner “vecinos” como tres veces y opté por escribir “lxs vecinxs”, igual al autocorrector no le gustó.
Hoy acompañé a mi papá al funeral de uno de sus amigos más queridos. Esto ha sido mucho más común en los últimos años. Ver a mi papá perder a sus amigos es desgarrador. Primero, porque se me arruga el corazón al verlo triste. Segundo, porque me hace pensar que yo perderé a mis amigos y amigas y amigues algún día. Tercero, la cruda realidad de que mi papá morirá algún día. Escuché con lágrimas en los ojos lo que uno de los hijos del amigo de mi papá leyó como elogio fúnebre. Acto seguido empecé a redactar lo que yo leería en el funeral de mi papá. ¡Es impresionante la velocidad dramática de mi cerebro!
De inmediato pensé en todas las cartas que ya le he escrito a mi papá, en todas las cosas que ya le he dicho en reclamo, enojada, por amor, en celebración, etc. Y sentí algo parecido a estar al día con Anacleto Buena Flor, como le digo de cariño. Así que por ese lado, ya me estoy muriendo en paz.
Pero, definitivamente, para morir en verdadera paz, necesito turquear un poco más.