Esta madrugada me despertó un sueño fortísimo, me pasaba una ola gigante por encima pero yo nunca ni me mojaba ni dejaba de respirar. Me levanté casi sonámbula y fui a orinar asaltada por una sensación de vacío y silencio.
Esta mañana entendí todo: les vecines turques se fueron.
Extraño el arrullo orgásmico.