Lena, my dearest, sentate antes de seguir. ¿Ya? Hace un rato LaMayor me contó emocionada y radiante que acababan de comprar (ella y su novio) los boletos del viaje al otro lado del Atlántico. Lo del viaje que planeaban ya me lo había comentado pero la noticia de hoy materializa lo que recibí antes como un deseo o posibilidad. Es súper ordenada con sus finanzas y esto lo logró ella sola, además. Y todo junto me llena de algo o me atraviesa como corriente alterna o talvez se explica mejor así: me explota el corazón. Más bien una explosión hacia adentro, una implosión, su efecto no es hacia afuera, no es alegría o ilusión evidente o externa o transferible. Como una especie de fuerza de gravedad o caudal que me jala hacia un lugar o algo así, pensá en que me diera vuelta como una camiseta que uno se acaba de quitar y quedan expuestas las costuras y el lado ahora invertido es el que está, por unos segundos más, todavía tibio.
En modo luminoso: caballitooo troootador.