Lena, me encanta esa furia después de la desolación. Te leía y recordé cuando también te leía pero sin conocerte, iba diariamente al blog que tenías y una vez me encontré con el texto donde, como una especie de homenaje a un poema de Anne Sexton, había una enumeración de la que se me grabó una en particular, “soy de las que ponen el bolso en el suelo”. Qué bien me caía esa mujer desconocida.
Luego nos conocimos y mirá.
Las zompopas dejaron el esqueleto de los arbustos tipo setos de la entrada. Troncos pequeños y ramas escuálidas. Varias veces durante el día, cuando salía a fumar, vi las formaciones ir y venir por los bordes de una jardinera delimitada por un planché de cemento que sirve de parqueo. Es decir, marchaban en columnas ordenadas respetando las líneas rectas que encontradas en ángulo de 90 grados forman dos lados de un rectángulo. Cientos de hormigas cargando cortes de hojas verdes en una trayectoria definida por el arquitecto (digamos) que diseñó el lugar. Pero, y esto es lo quería contarte, vi unas cuantas, menos de diez, cruzando en diagonal, como identificando la distancia más corta. Las imaginé burlándose de la estupidez de las otras, de la masa. Incluso vi un par nada más fingiendo que hacían algo, iban y venían por esa diagonal sin cargar nada.
Creo que estamos hablando de lo mismo.
love & rockets
L.