Qué extraños estos días entre la navidad y el año nuevo, una tierra de nadie que conduce a los excesos. Por ejemplo, ayer me comí todo un paquete de galletas mientras jugaba un videojuego de detectives. Las normas son una ficción y en estos días todavía más.
Estoy leyendo despacito este articulo sobre Alice Munro. Ahora que se murió hay mucho que publicar, supongo. Yo no sabía que su pareja había abusado de una de sus hijas y ella, por una mezcla de cosas complicadas y sencillas, nunca lo aceptó. Y después le dio Alzheimer, una enfermedad tan conveniente para perder la responsabilidad sobre el pasado. Qué terror estar tan equivocada. Qué difícil es todo.
A veces cuando llevo a caminar a Dante por el barrio me llegan fragmentos de una historia en la que una mujer, en un arrebato de licantropía, se convierte en coyote por las noches y así recorre la ciudad. Nunca la he podido escribir en serio. Así son todas mis historias, de 280 caracteres. Soy víctima de los tiempos.