estructuras

Sospecho que el mundo sería mejor si los hombres cincuentones lloraran más. Una lloradita de camino al brete. De regreso de la panadería. Un par de señores consolándose el uno al otro, prestándose el pañuelo. Te imaginás? Se desbarrancan las estructuras. Mínimo tendría que renunciar el machorro del presidente.

Anora es una película buena. Es entretenida, en el sentido de que es divertido irnos en el viaje de estos tontuelos y seguirles la pista a través de esta aventura. Me temo que la historia no me cuenta lo suficiente sobre los personajes, si no que todo me lo tengo que imaginar con mi imaginación más prejuiciosa. Más bien me muestra mucho despiche redundante, que no me hace falta ver con mis propios ojos. Pero todo bien, al final, porque es una película buena. Las actuaciones son buenas, la fotografía es linda, está bien escrita. No sé si el Oscar le va a dar mucha pelota porque no es Gran Película, como le gusta a la academia, con temas elevados y música arrebatadora, no exactamente Drip de Brooke Candy.

Una cosa que he estado pensando es que hay cientos de burócratas ahora en el gobierno federal que están renunciando porque no quieren desobedecer órdenes. Hasta cierto punto no los culpo, porque nadie te enseña a desobedecer, es algo que tenés que hacer vos mismo, y practicar. Por supuesto ni tu familia te va a enseñar a desobedecer, mucho menos la escuela. Quisiera decir que la Universidad te da espacios pero ya eso es del siglo pasado. Por eso somos tan miedosos, porque nunca examinamos las razones de las reglas, ni mucho menos preguntamos por qué existen (qué insolencia!), y tampoco dimensionamos bien las consecuencias. Y así nos hacemos víctimas perfectas de los autoritarios.