chan chan

Lena, no me has dicho cuándo venís. Tengo muchas ganas de conversar en vivo, a la vez sigo preguntándome qué va a pasar con este ping pong epistolar cuando estés en Tiquicia. No quisiera interrumpir el efecto multiplicador que ha tenido hasta ahora pero también tendría el gesto ridículo como cuando desde el sofá preguntás algo por WhatsApp a quien está en la cocina. 

Anestesiado un buen rato en la mañana, scrolleando en IG vi a uno que me cayó bien, David Choe, un artista visual. En un clip performátco con mucho humor agudo llega  al momento donde parece que va a dar consejos y, merci merci, indica que su principio general es: Hope is not a plan.

Genio.

Le entré a un libro de la torre de pendientes. Uno de Sloterdijk (el filósofo reconocido por el  “monumental proyecto Esferas” -que no he leído, claro). Es del equipo de filósofos contemporáneos mediáticos, así les llaman, desde los escalones altos de la  condescendencia, sus colegas serios. Tengo que confesarte que me aburrí pronto pero no por la filosofía si no por el estilo pensado para el lector común, corriente y limitado (yo, en este caso). Compruebo una vez más que si el filósofo/a no escribe en-filósofo siento que me clavan gato por liebre.

Leía al filósofo alemán mientras desde la compu, eran tipo 2 am, llegaba música casi inaudible, como en la frecuencia ultrasónica que solo pueden oír los perros. Y como en acto reflejo, de pronto estiré las piernas, cerré el libro y me incorporé para subir el volumen de algo que, te lo juro, no había ni lejanamente identificado. Era el golpe de conga y rasgueo de guitarra iniciales de Chan Chan, el son de Compay Segundo. Algo tiene ese arranque de seminal, no sé, como si así hubiera sonado la primera música del mundo. En fin, le metí chancleta para compartirla sorpresivamente con los vecinos.

Otra cosa, le di repeat como poseído (solo la primera en modo asamblea-de-arrendantes) y me di cuenta de que hasta hoy la he tarareado y cantado mal. La letra es corta y en bucle, muy pocas palabras. Del verso central o leitmotiv equivoqué, todas las veces hasta hoy, cuatro de cinco lugares. Mi Chan Chan siempre fue: De Alto Cerro voy para Macaney / Llego a Puerto, voy para Mayarí. El de Compay Segundo: De Alto Cedro voy para Marcané / Llego a Cueto, voy para Mayarí.

besos y flores