Seeeee, las abuelas. Aunque en mi caso el arquetipo lo fui armando con las abuelas de los demás y con las de los libros y películas de infancia. El otro día leí por ahí, no recuerdo de quién, “para qué inventamos dioses si teníamos abuelas”.
Sabés que tengo un saco de problemas en términos, no sé, por ejemplo de comunicación con la gente que me importa (también con la que no), el manejo de prejuicios, aproximación al trabajo como concepto, opinión sobre la histeria alrededor de la salud, el deporte y el bienestar general, todo lo hippie, la música country, la pereza intelectual, cultural, científica, etc. en personas que tuvieron las oportunidades, las supersticiones e idolatrías de toda calaña, figuras de autoridad de cualquier tipo, golfistas, el espejismo progre, los musicales, deportes que involucren un automotor y los cartagineses, pero por lo menos, querida Lena, no soy proactivo. Dios me libre. Entiendo perfectamente lo que decís.
En fin.
Puedo usar nivel, medir, taladrar para poner estantes o cuadros. No estrictamente simétricas pero he armado un par de bibliotecas (compré la madera, serruché, martillé). Todo esto ha sido básico y gratificante por partes iguales. Pero cuando compro muebles (Petit Monde, bien sûr) de esos que pagás y tenés que armar vos (Marx retorcido en la tumba, ¡¡¡se embolsan la plusvalía del trabajador y del comprador!!!), levanto la bandera blanca, firmo la capitulación. Las instrucciones no las entiendo nunca, meto partes a la fuerza, sobran cosas. Así que esta vez contraté los servicios de un experto (hace arreglos acá en los apartamentos). Armó el mueblecito de cocina en media hora, ni sudó. Lo aproveché también para empotrar la base de la pera de boxeo (speed bag) en el garaje.
Estoy caminando unas cinco veces por semana (caminandito rapidón), hago maquinitas en el parque frente a mi casa (las públicas esas para quienes no tienen vergüenza, cementadas tan profundo que no se las roban) y sumo ahora la pera, esa meditación agresiva que es el único tipo de meditación que me sirve. En guerra contra la timba. La contienda es desigual.