tranquilizarse

Filmar en secreto en Teherán es otro nivel de huevos de acero. Para quien dirige y para todo el crew. Respeto total. La pongo en la lista de tus recomendaciones, La semilla del fruto sagrado. Y lo otro que contaste, lo de las mujeres en el bus y la conversación que escaló de ordinaria a terrorífica en dos cuadras es para un cortometraje sin duda.

Gracias por lo que decís de la escritura, comprenderás que lo recibo con alegría genuina, y que de la misma manera guardo suspicacia con lo de “mejor”, pasa como con las fotos, uno siempre se ve medio deforme y arruinado aunque te digan que saliste bien.

Sí es cierto lo otro y ya hasta me empieza a dar pudor contarte de otra lagrimeada, pero ayer me vi con un buen amigo que vive hace varios años en el extranjero y que sufrió una pérdida tremendísima hace pocos meses. En la barra de la Buenos Aires pedí mayordomo (papel absorbente de cocina) porque las servilletas no estaban alcanzando para aquella escena.  Por otro lado, me alegró ver que dentro de toda la confusión y dolor, mi amigo está llevando la vida con una entereza admirable. 

Fue un día de emociones fuertes ayer. Día turbulento. No di pie con bola en prácticamente nada. En fin, ya quedó ahí atrás. Tarde en la noche hacía calor y no podía dormir así que salí al parque a fumar, ya era técnicamente otro día, es decir, ya era hoy. La cosa es que mientras repasaba todos los fallidos del día pasaron en formación numerosa los mapaches. Iban de regreso a sus madrigueras o lo que sea en la ribera del Ocloro. Ritmo fijo, seguro. Diría que regresaban satisfechos. Y me tranquilicé.

beso