candelabro

Por fin después de todos estos años me he convertido en una de esas señoras que anda misteriosamente vagando por la ciudad. El sábado que hizo sol me fui a caminar por ahí, me metí a un café carísimo y pedí un sándwich de queso y un café chorreado, y me quedé leyendo tan absorta que no me di cuenta de que ya estaban los muchachos recogiendo las sillas a mi alrededor. Estaba leyendo un libro de la japonesa Hiromi Kawakami que se llama Under the Eye of the Big Bird. Es un trabajo de ficción especulativa, y sucede en un mundo donde los humanos se han ido extinguiendo por distintas causas, y ahora la sociedad está organizada con el fin de mantener a la especie, aunque no intacta. Nada queda intacto cuando está expuesto al futuro. Hay una suavidad hermosa en este libro, una cadencia placentera.

Me fui al cine a ver Ainda Estou Aqui (2024) aunque le tengo miedo a las películas de desaparecidos. Todavía estoy un poco traumatizada por la Noche de los Lápices (1986) la cuál vi a una edad inconveniente. En fin, mae, qué película maravillosa. Todo está bien. La actuación de Fernanda Torres es una historia en si misma. Pero todo está bien, hasta el recurso de las películas caseras está bien utilizado. La historia por supuesto es sobre la dictadura, terrorífica y todo poderosa, pero también sobre la gente que nunca se rindió. Es esa capa de la que hablamos que está por encima del fascismo, que son los lugares familiares y pequeños, la felicidad ordinaria de la playa y los perros y de bailar en los cumpleaños.

Cuando venía para la casa en la noche me encontré un candelabro, puesto al lado de un árbol en la esquina. Grande, pesado y de latón. Es como de los años 80. Está lleno de herrumbre, por supuesto. Igual me lo traje para mi casa, porque me pareció un hallazgo importante. Ya G me ha advertido que no me tengo que traer la basura que me encuentro en la calle, pero el mae anda en Taiwan y no puede detenerme. Voy a limpiarlo, a quitarle el herrumbre con alambre y cepillo, a pintarlo, y arreglarle las conexiones flojas. Voy a restaurar este hijueputa candelabro grandísimo, feo, no importa. Así mientras estoy cepillando no puedo ponerle atención a las noticias, ni saber que estamos en peligro, que la cosa se va deteriorando, que la ola se acerca. Vas a ver.