Llego en Enero. Todavía no sé qué día de Enero, pero algo es algo. Creo que seguiremos escribiéndonos porque en persona nos reímos más y hablamos menos. El ritmo de estas cartas me sirve porque me gusta escribirte (a veces es lo único que quiero escribir! lo demás medio me vale).
Me encanta que no te pegue la filosofía si no está mal escrita, por un malparido como Derridá. Todos esos escriben mal a propósito, porque así si les dicen que están equivocados siempre pueden decir que los malinterpretaste. Siempre es culpa tuya que no entendás nada. De Sloterdijk no he leído nada pero se que se ha agarrado con el establishment europeo en el tema del estado de bienestar, sobre el que ha escrito algunas locuritas demasiado a favor de las personas “productivas”. Desconfío, pero de nuevo, no he leído ni papa.
Ahora que me mencionás Chan Chan (que buen título) es una de esas en la que la frase que repite es solo un instrumento. No significa nada, es un montón de palabras que en la voz de Compay Segundo suenan bien con la música. Qué felicidad de usar los nombres de los lugares en función rítmica. Marcané. Cueto. Mayarí. Palabritas lindas.
Estaba leyendo un libro de Sally Rooney (Conversaciones con amigos) cuando me llegó el nuevo de Sally Rooney (Intermezzo), que es todavía mejor. Luego leí una entrevista del 2021 acerca de lo extraño que es ser tan famosa a los 30 años. Esta mujer escribe para su generación y lo hace muy bien, pero se niega a doblarse a la superficialidad o a arrecostarse en la actualidad. Ya quiero leerla cuando escriba con 50 años.