Anoche celebramos el premio de LaMayor y hoy repetimos sumando a Noe que, como directora, ganó Mejor Cortometraje. Hace nada les cambiábamos pañales y mirá. Es lindo ver que además de crecer juntas eligieron caminos que las siguen reuniendo. Ya me puse sentimental.
Anotado tu consejo sobre las medias, su carácter paliativo contesta sin rodeos mi pregunta.
Qué genia con las diferencias entre un bosque del hemisferio norte y uno del trópico. La vegetación imparable y las alimañas de todo tipo son, solitas, agentes del terror, no necesitan brujas ni demonios. Las brujas, bien lo decís, vienen del norte global.
Casualmente, hace un par de días vi Witches, de Elizabeth Sankey. La busqué porque me salía por todo lado, comentarios positivos repetidos a lo largo y ancho del algoritmo. Quise disfrutar también. Muy pronto, 10, 15 minutos adentrado en la película (documental, no ficción, son dos categorías donde encajaría si fuera el caso) entendí que era espectador de un filme capcioso. Ojo, me estaba gustando pero a esa altura me quedó claro que era uno de esas pelis que vienen blindadas contra toda crítica negativa. Sé que entendés muy bien a qué me refiero. En fin, eso me indispuso de ahí en adelante. Lo que no fue tan difícil porque la misma directora, concentrada en probar su tesis inicial (un poco infantil, en mi opinión), estira y deforma hechos, generaliza compulsivamente y, sin duda lo más cuestionable, aplana y diluye un tema, EL tema central de la obra (la depresión post parto). Y ni siquiera le habría dado tanta bola, como para comentártela, si no fuera porque, es mi opinión, en una directora como ella nada de esto es inocente. Ojo, me refiero exclusivamente a la película. Ya vas a ver que parte del blindado contra toda crítica cinematográfica es que está parada en doble fondo. En fin, son opiniones, vela y conversamos.
Es tema de escarnio el que se me olviden los nombres de compañeras del colegio o universidad de mis hijas, conversaciones enteras sobre X o Y tema con Mariajo o amigos, fechas de reuniones en el trabajo, cumpleaños, etc etc. Y no vengo a defender nada, tienen razón. Lo que siempre me asombra es que dijiste lo de abotonarte la camisa al estilo que los informáticos llamarían one-off error y recordé inmediatamente la imagen de un hombre mayor que sale de su casa, cruza el porche y baja las gradas hasta pararse en una callecita de grava y ahí vemos que tiene la camisa de la piyama abotonada precisamente así, el botón en el ojal inmediato consecutivo incorrecto. Fui a buscar la novela, la encontré, empecé a hojearla rápidamente hasta que me detuve: estaba ese pasaje subrayado. El reflejo fue celebrar, el reflejo siguiente no fue reflejo sino el portazo de la razón que preguntó ¿celebrar qué, tarado?
¿Por qué putas recuerdo eso? y más importante ¿para qué?
Son preguntas retóricas, por supuesto, my dearest. No quiero aceptar que ya es lunes y acá estoy, un puro rodeo. Pensando, ya se sabe, en todo lo que no dije acá.
beso
L.